Gran Hotel Ancira / al momento 305 votos
El Gran Hotel Ancira es una joya arquitectónica cuyo origen se remonta a su inauguración el 26 de julio de 1912.
Inicialmente conocido como Gran Hotel Monterrey, Fernando Ancira Sánchez, diplomático saltillense, ordenó su construcción en 1909 al estilo del Hotel Ritz de París, Francia; quien encargó su diseño a los arquitectos franceses Henri Sauvage y Charles Sarazin, se destacó como el primer establecimiento moderno de la ciudad, ofreciendo comodidades como baños en cada habitación y agua corriente fría y caliente, y fue posiblemente el primero en construirse con estructura de acero.
En 1921, tras la muerte de Ancira, el hotel cambió su nombre a Gran Hotel Ancira en su memoria. A lo largo de los años, ha mantenido su estatus como un monumento artístico y patrimonio cultural de México, reconocido por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Su arquitectura, descrita por Pablo Landa: un edificio de piedra con seis niveles que remata en una mansarda. El acceso principal es por la esquina, orientada a la Plaza Hidalgo. El Vestíbulo, remodelado en los años cincuenta, es una de las obras mejor preservadas en el país del diseñador de interiores Arturo Pani. Se trata de una gran sala de doble altura con comercios, un restaurante y el área de recepción del hotel. El piso es ajedrezado, con piezas blancas y negras de mármol. Una escalinata curva conduce a un balcón, también de forma irregular, desde el que se accede a las salas de juntas. El techo tiene un plafón de espejo. El restaurante está bajo el balcón, cuatro escalones sobre el piso de mármol. Está decorado con jaulas de bronce con canarios.
Este hotel ha acogido a huéspedes distinguidos nacionales e internacionales a lo largo de los años, desde María Félix y Agustín Lara hasta Gabriel García Márquez.
En términos de valor patrimonial, el Gran Hotel Ancira destaca no solo por su antigüedad y diseño, sino también por su significativa contribución al patrimonio tangible de Nuevo León, su ubicación en Monterrey lo hace único, siendo un testimonio centenario de la historia de la ciudad y un monumento cultural apreciado por su arquitectura ecléctica y su papel en eventos históricos, como la visita de Pancho Villa, al tomar las instalaciones para hacerlo su sede de operaciones.
Su historia lo posiciona como un tesoro arquitectónico, turístico y cultural en el corazón de Monterrey.
Proponente: Liliana García Cover