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Cerro de La Popa
Esta erosión provocada por el agua y el viento en El Cerro de La Popa, lenta desgasta sus laderas dándole formas caprichosas.
Este Cerro de La Popa, decía mi Padre, Dionisio Gutiérrez, que en este Pueblo nunca faltó agua porque en éste se almacenaba agua y aunque hubiese falta de lluvia nunca se agotaba. Pues el agua corre desde la montaña hacia los manantiales, llegando a una pileta donde se forma un lago y llega a los solares, donde se siembra la cosecha y sustento de sus habitantes.
Montañas que parecen cinceladas por feroces vientos, nopales que surgen de la tierra como por arte de magia, terrenos áridos de una Belleza edénica, sus historias, leyendas y cuentos sobrenaturales, estrellas que aparecen en un lienzo negro lleno de vida, inexplicables objetos que caen del obscuro cielo, extraordinarios y mágicos, llenos de misterio; Biznagas que florecen con un rico fruto llamado «la fresa del desierto», la Sabrosa Pitaya, todo que se nutre de un desierto indomable.
¡Esto es la Popa!
En Mina Nuevo León no hay ningún documento que atestigüe desde qué año existe este Pueblo. Mis abuelos decían que La Popa era más antigua que Monterrey, la ciudad de las montañas. Recuerdo a mi abuelo decir, «voy a las Casas»; refiriéndose a lo que ahora es La Popa. Este lugar era de Bernabé de las Casas, llamado El valle de las Salinas, que recorre desde La Popa hasta El Carmen, Nuevo León.
Se dice que Bernabé de las Casas lo heredó a sus descendientes y luego ellos la traspasaron. Al investigar en Mina, Nuevo León, que los archivos se perdieron en un lamentable incendio; y no hay más que lo contado por mis antepasados.
La Popa, ¿Pueblo Mágico?, ¡No lo sé!, pero de algo sí estoy segura, la magia la pone cada habitante o pariente que vive, vivió o vivirá en su visita a este mágico lugar que cuenta las historias que las hace parte de uno imaginando un pueblo fantasma, que en sus atardeceres y amaneceres se escuchan las vivas voces de su flora y fauna.
El murmullo del viento acariciando mi pelo y susurrándome al oído, haciéndome sentir la intensidad del sol que quema y hace latir mi corazón en cada pisada que doy, la lluvia que llega como un huésped que se hospeda para traer la alegría y la esperanza a todo Popeño y a quien nos visite.
— Ma. Celina Gutiérrez Guajardo
Proponente: Ma Celina Gutiérrez Guajardo




